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Liderazgo en Tiempos de Crisis

 

Uno de los desafíos más grandes para quienes gestionan equipos, es el de aplicar de forma efectiva el liderazgo en tiempos de crisis, ya que no es fácil gestionar el talento influenciado emocionalmente por las situaciones que arroja un mal momento para la compañía.

La tecnología, los medios, las regulaciones gubernamentales, la política, la economía global, la competitividad y otros muchos tantos temas convergen para crear un escenario de “complejidad, diversidad e incertidumbre”.

En tiempos así, un liderazgo fuerte y seguro es clave para la supervivencia de la empresa. Si el timonel no sabe cómo dirigir el barco, la tormenta lo puede arrastrar hasta el fracaso. Tener un buen guía es esencial para alcanzar objetivos definidos en una empresa, pero en tiempos de crisis, se necesita más que un simple jefe para establecer un liderazgo efectivo.

Las habilidades requeridas a gerentes y jefes durante momentos de crisis, son sustancialmente distintas a las de períodos de estabilidad. Esto que parece obvio, es menos frecuente de lo que imaginamos. De ahí que cuando más se necesita, el liderazgo no aparece, los problemas no se detectan en etapa temprana y el impacto negativo de la crisis externa, se incrementa innecesariamente dentro de las organizaciones.

 

Planificar las acciones de formación de un equipo de liderazgo, para que estén en condiciones de afrontar situaciones de crisis, puede ser tan importante como prepararlos para llevar adelante un nuevo y desafiante proyecto de negocio. Se debe ayudar a los gerentes a generar conciencia de la situación y que puedan percibir que, sin su esfuerzo y compromiso, todo será más difícil, para ellos, para las personas que les reportan y para la organización.

Liderazgo desde lo alto de la pirámide

Liderar en momentos complicados desde la alta esfera directiva es una habilidad que se desarrolla no sólo mediante la experiencia, sino también a través de la planificación previa, la capacitación y la simulación de situaciones de riesgo.

 

Una crisis puede ser un momento determinante en la vida de una organización, dado que representa una grave amenaza para sus objetivos estratégicos, su reputación y la sostenibilidad del proyecto empresarial. Así pues, la capacidad de liderar en un momento de crisis debe convertirse en una competencia primordial tanto para los altos ejecutivos como de los altos niveles directivos. Esta habilidad se desarrolla no sólo mediante la experiencia, sino también a través de la planificación previa, la capacitación y la simulación de situaciones de riesgo que ayuden a la organización a superar futuras crisis y salir reforzada de este tipo de situaciones.

No hay nada que pueda sustituir al liderazgo de la Junta Directiva antes, durante y después de una crisis. La participación de la Alta Dirección es vital para asegurar una respuesta efectiva y su papel es decisivo en el apoyo al Comité de Gestión de Crisis, que si no existe debe considerarse el crearlo, para mitigar el daño y alcance de los impactos en la organización.

 

Sin embargo, hay un estudio que dice que en las empresas, aunque un amplio número de miembros del Consejo se siente preparado ante una situación de crisis, hay pocas evidencias que indiquen que muchos de ellos lo estén realmente.  La mayoría de los miembros del consejo consideran que sus compañías responderían de forma efectiva si una crisis golpeara mañana. Asimismo, muy pocas empresas tienen reuniones específicas sobre la prevención de crisis y talvez un número menor tenga manuales para posibles escenarios de crisis.

Los síntomas de que se avecina una crisis

Normalmente en una empresa se dice del personal que: “El activo más valioso es el Recurso Humano”, “Nuestro personal es nuestro principal capital”, “las competencias de nuestro personal son las que definen a nuestra empresa”.

¿Y que se piensa de la Gente durante una crisis? Lo anterior es solamente un conjunto de frases románticas y hasta fuera de contexto durante situaciones extremas. Es difícil mantener estas creencias o darles prioridad cuando la realidad es avasalladora. La verdad es que toda la inversión en buenas prácticas de selección, de capacitación, de crear una cultura, de políticas y procedimientos, de beneficios y de transformar a nuestra empresa en un buen lugar para trabajar puede irse por la borda un corto periodo de tiempo. 

Y cuáles son algunos de los síntomas que veremos en la empresa cuando las cosas no marchan bien:

  • Copias e impresiones de material: se racionaliza el uso de las fotocopiadoras e impresoras, o comienza a escasear el papel para estos menesteres, se envía la correspondencia absolutamente imprescindible, se agradece a Internet su existencia y se pide que no se imprima sino que los documentos que se envíen se lean y revisen desde la computadora.

  • Capacitación (formación): a quién se le ocurriría en plena etapa de crisis capacitar: ¿para qué? No se sabe cómo salir de la situación hoy y vamos a capacitar… ¿formando al personal en qué?

  • Café o servicios generalmente de libre disponibilidad: en las empresas: desayunos, almuerzos, meriendas, tentempiés, se deja de servir o disminuyen en cantidad y calidad, por efecto de la crisis y también como mensaje de crisis para el personal.

  • Se comienzan a tener nuevas responsabilidades y actividades: El personal suele ocuparse de más responsabilidades o se empiezan a realizar actividades que realizaban otras personas que ya han dejado la empresa.

  • Negación a aumentos salariales: no es momento ni de aumentos ni de corregir algunos desvíos salariales que habíamos pensado realizar. En este momento un aumento generalizado haría dudar de la situación de crisis, y aumentos puntuales generarían resquemores entre el personal.

  • Notoria disminución de la retribución variable: tanto por la menor actividad como por tener que realizar los recortes salariales necesarios para la preservación económica de la empresa. Esto incluye que se dejen de dar bonos, incentivos anuales y gratificaciones.

  • Recortes de gastos de viajes y representación: Todos aquellos eventos regionales, o invitaciones a clientes o eventos de la empresa que son cancelados. Son gastos que en realidad no impactan demasiado en la cuenta de resultados pero se reducen significativamente hasta por temor que puedan ser vistos como gastos excesivos.

  • Congelamiento de contrataciones y hasta desvinculaciones. Existe un efecto directo, inmediato y complejo de revertir y es la desmejora del clima organizacional. El personal se preocupa por su propia continuidad y esta conducta se da en todos los niveles jerárquicos. Sus conductas son defensivas o permanecen inactivos para evitar toda acción que pueda llamar la atención sobre su accionar que termine en una desvinculación. El lema es “prefiero que no me tengan en cuenta antes que se fijen en mí y me despidan”.

  • Se siente incertidumbre en el ambiente. Se empiezan a generar rumores, “Radio-Pasillo” se vuelve el medio de comunicación más importante de la empresa. Se magnifica la salida de alguien de la empresa.

 

Y aunque las formas de actuar pudieran ser variadas, las situaciones de crisis pueden llevar a los directores a imponer nuevas reglas disciplinarias o a tomar decisiones que parecerían ilógicas si no se les pone en contexto o si no explican al personal de manera correcta el espíritu de tales medidas. 

Frente a este panorama: ¿Cómo manejar al Recurso Humano?

Este es el momento preciso en el cual con toda la fe de un máximo creyente debe aferrarse a las frases antes dichas: “Nuestro activo más valioso son nuestros Recursos Humanos”, “Nuestro personal es nuestro principal capital”, “las competencias de nuestro personal son las que definen a nuestra empresa”.

Haz que tu herramienta más valiosa sea el departamento de Recursos Humanos. Convoca al personal para realizar comités de crisis. Plantéales desafíos tanto sean para aumentar las ventas como reducir gastos.

Enfréntate a tu gente, no te escondas. Las personas necesitan sentirse útiles y que también de ellas dependen los resultados.

Existen tres motivos principales en la desmotivación del personal:

  • No participar y ser espectador de los cambios: los hace sentirse víctima.

  • Ser excluidos mientras que otros participan de actividades y decisiones: genera resentimiento.

  • Ser destinatarios de decisiones de las que no participaron: genera frustración y necesidad de reparación.

 

Si no queremos que estos sean los resultados en nuestro equipo de gente, sumémoslos, incorporémoslos. Ellos tienen cosas para decirnos, ellos conocen la operación del día a día mejor que cualquier otro.  Ellos saben qué más se les puede decir a los clientes y qué más se puede hacer…

Luego de las decisiones, que también participen en las implementaciones.  ¿Crees que un capitán puede tener más interés que el barco no se hunda que un remero que está bajo la línea de flotación?  Confía en tu gente… sigue siendo tu capital más valioso.

Claves del liderazgo en tiempo de crisis.

Un verdadero líder percibe la crisis como una forma de oportunidad, ya que, observa su influencia en el cambio de ritmo de vida organizacional, y por ende, modificará posiblemente la forma de hacer las cosas en su interior.

Como hemos mencionado, no todas las crisis son perjudiciales y desfavorables ya que también pueden representar momentos de reflexión y análisis que permitan encontrar nuevas oportunidades y retos; sin embargo, el rumbo de las acciones dependerá de la figura del líder y por esta razón tu papel es decisivo para enfrentar las situaciones críticas. 

 

El principal desafío que debe enfrentar un líder en tiempos de crisis es conseguir que las amenazas, problemas y debilidades se conviertan en áreas de oportunidad para la organización por lo que lo que  en estos momentos resulta prioritario motivar, impulsar, contener y acompañar a los miembros de tu equipo de trabajo.

 

Te debes convertir en un facilitador que anticipe los cambios y dote de recursos a tu equipo de trabajo.

 

Algunas recomendaciones que pueden resultar útiles para enfrentar las situaciones críticas son:

  1. Definir metas y objetivos. El liderazgo en tiempos de crisis debe tener claro hacia dónde se dirige la empresa. La mejor forma de lograrlo es mediante metas específicas, medibles y que sean accesibles. Fija las metas de forma específica, medible, accesible, orientadas a resultados y con tiempo definido y debes comunicarlas a toda la organización para que trabaje en ellas.

  2. Establecer reglas claras. El liderazgo en tiempos de crisis debe apoyarse en normas, políticas y reglas que orienten, enfoquen y generen compromiso, gratitud, lealtad y sentido de pertenencia. Todo grupo funciona de acuerdo a reglas, escritas o no. Y si no eres tú quien pone las reglas, alguien más lo hará por ti, que seguramente no coincidirá contigo. Por lo tanto, establece reglas claras y comunícalas para que se cumplan. En una organización formal la cultura debe ser la base de la relación.  No se implanta de la noche a la mañana, pero si no se empieza, nunca se acabará. Define los puntos claves de cultura, escríbelos y has que toda su empresa se impregne de ella. Planes de Acción. Define el organigrama ideal de la empresa, con puestos, tareas y funciones. Analiza cómo es tu equipo actual y establece planes de acción individuales para acomodar la situación ideal y la real.

  3. Liderar de manera firme. Esto significa no ceder ante ninguna tentación, zona de confort y obstáculo difícil para mantenerse enfocado en los resultados a lograr. No significa ser un dictador, si no que el equipo te acepte como líder. Ahora es el momento de decirles a todos quién es el líder, de solicitar la implicación en el proyecto al equipo, de ofrecer la ayuda para crecer personal y profesionalmente. También es el momento de hacer introspección y de preguntarle a los demás cómo te ven y cómo quieren que seas. Preocúpate de reunirte con todos y cada uno de los miembros del equipo y de hacerlos parte de la toma de decisiones.

  4. Tener los planes de acción. El liderazgo en tiempos de crisis demanda el análisis de diferentes caminos de acción para llegar al mismo resultado, además, se debe estar abierto a escuchar, analizar e implementar, si corresponde, nuevas ideas para lograrlo. Ten una actitud abierta al cambio.

  5. Tener apoyo en la toma de decisiones. No puedes tomar todas las decisiones en tu empresa, tienes que extender la toma de decisiones por toda la organización. Cada uno debe de tomar decisiones de acuerdo a su nivel en la organización, por más bajo que sea. Hay que definir que decisiones puede tomar cada uno y cada uno debe ser responsable de su zona de influencia. Define ámbitos de actuación, otorga responsabilidades y apoya la toma de decisiones de cada uno. Te sorprenderás de los cambios, tanto en la liberación de estrés en los niveles superiores como en la satisfacción del equipo. No lo dudes: ¡delega responsabilidades!

  6. Enfocar tus energías. En objetivos a corto plazo ya que en situaciones complejas es preciso destinar los recursos a aquellas tareas críticas e inmediatas que contribuyan a asegurar la supervivencia.

  7. Mantener el optimismo e inspira confianza. Esto te permitirá fijar retos y desafíos además de motivar y persuadir a los demás de que en conjunto se pueden alcanzar. Para desarrollar un sentimiento optimista busca enviar mensajes positivos que superen el desánimo y pesimismo que pueda existir en algunos miembros del equipo. Transmite el convencimiento que las crisis pueden y deben ser superadas.

  8. Impulsar el trabajo en equipo. Ya que las crisis son más fáciles de  vencer a través del  esfuerzo compartido, por lo que es indispensable que el líder promueva identidad, unidad y cohesión.  Trabajar en equipo implica que  todos sus miembros comprendan la tarea que tienen que llevar a cabo y sientan una profunda responsabilidad personal por el éxito de los esfuerzos del grupo.  

  9. Aprovechar las distintas habilidades y competencias de los miembros del equipo. Estimula la participación, cooperación y colaboración activa de cada uno de ellos evitando favoritismos,  recuerda que “dos cabezas piensan más que una” y “la unión hace la fuerza”.

  10. Reconocer cuando alguno de tus colaboradores haga un buen trabajo o tenga una idea creativa e innovadora que ayude a enfrentar la crisis o aporte valor. 

  11. Establecer canales de comunicación abierta y constante. En tiempos de crisis no es recomendable ocultar información a los miembros del equipo, pues esto contribuye a que se generen rumores, desconfianzas, exageraciones y temores. Además es muy difícil involucrar a las personas cuando desconocen la situación organizacional. Sin embargo, es importante manejar correctamente la información ya que poca o mucha información puede convertirse en un factor negativo, por esta razón es necesario identificar los datos tos útiles y eliminar aquellos que puedan causar ruido organizacional.  Puedes comunicar los pequeños avances que se vayan logrando con el propósito levantar el ánimo y motivar al personal. Se debe mantener una permanente comunicación con los trabajadores, evitando así la incertidumbre y los rumores o especulaciones que puedan surgir, y que puedan generar un clima laboral desfavorable y, por tanto, una disminución de la productividad. La comunicación debe ser formal, preferiblemente dada a través de los jefes o supervisores, quienes deben informar a sus subordinados todo lo que pueda servir para mantener un buen clima laboral, y despejar cualquier duda que pueda surgir en los trabajadores. 

  12. Medir el compromiso del equipo de trabajo. La colaboración de sus integrantes es una de las características, que a modo de termómetro, permite estimar si el líder está cumpliendo su función correctamente y enfoca al equipo en los objetivos.

  13. Mostrar tu habilidad para reestructurar la forma de trabajo. El liderazgo en tiempos de crisis debe analizar la forma de trabajar y optimizar los procesos para aumentar la eficiencia.

  14. Manejar el estrés. La implementación de herramientas para entrenar a los colaboradores en el manejo del estrés, es de suma necesidad, pero mejora la productividad individual, grupal y clima laboral. Muéstrate empático y comprensivo con los demás. Recuerda que en tiempos de crisis las emociones como el miedo, angustia y estrés afloran fácilmente creando diversas reacciones que pueden resultar perjudiciales para el desempeño óptimo de un equipo de trabajo. 

  15. Evitar la reducción de personal. La reducción del personal suele ser lo primero que hacen las empresas para afrontar la crisis; sin embargo, esta medida, debería ser la última en tomar. El reducir trabajadores puede ser una solución a corto plazo, pero a la larga termina por afectar la productividad de la empresa, y generando un gran costo debido a la búsqueda, selección y capacitación de nuevo personal que se tenga que contratar una vez mejorada la situación. Antes de reducir el personal, es recomendable tomar otras medidas tales como, por ejemplo, reducir las horas de trabajo, reducir jornadas laborales, reducir salarios, reducir costos de producción, reducir gastos administrativos; e incluso, aprovechar las oportunidades de negocio que se puedan presentar como producto de la crisis.

  16. Ser sincero con los trabajadores. Una buena comunicación implica ser sinceros con los trabajadores, e informarles cómo está afectando la crisis a la empresa. Los trabajadores saben que la crisis afecta a todos, y si pretendemos ocultar que a nosotros también nos afecta, crearemos la duda, la cual llevará a la incertidumbre, la cual llevará a un temor por un posible despido, y finalmente a un ambiente tenso y a una disminución en la productividad. Solo sincerándonos con los trabajadores, podemos generar un mejor clima laboral. En caso de que sea necesaria la reducción de horas de trabajo o salarios, debemos comunicarle al trabajador las razones de ello, y tratar de llegar a algún acuerdo con él. Debemos hacerle entender que las medidas a tomar serán una forma de salir de la crisis, y tener en cuenta que muchos trabajadores estarán dispuestos a hacer algunas concesiones con tal de no perder sus empleos. En caso de una reducción del personal, igualmente debemos comunicar las razones de ello, tanto a los trabajadores que serán desvinculados como a los que todavía seguirán con nosotros. A éstos últimos debemos comunicarle que la empresa se vio obligada a tomar la decisión de reducir determinado personal, pero que sigue pidiendo la colaboración de todos los demás. Solo así se podrán evitar suspicacias o rumores que lleven a un clima tenso que podría afectar la productividad de la empresa.

 

Alto Nivel de Compromiso con la Gente.

 

Si has tenido éxito en los pasos anteriores, lo más probable es que tendrás un muy alto de compromiso de tu gente.

La gente sabrán quién es el líder, tendrán metas comunes claramente definidas y aceptadas, conocerán cómo tienen que jugar, qué es aceptable y qué no, habrán mejorado personal y profesionalmente con planes de acción personalizados y estarán tomando decisiones de acuerdo a su posición en la empresa; se sentirán más importantes y conocerán que son un engranaje dentro de un sistema global y su trabajo será mucho más gratificante.

Incluso si hubiera la necesidad de que una persona tenga que separarse de su puesto, creo que aplicando los puntos clave de liderazgo en tiempo de crisis, la persona va a sentir que la empresa hizo todo lo que pudo para mantenerlo y seguramente habrá un agradecimiento mutuo.

Por supuesto este proceso no es fácil, si no todo el mundo lo realizaría y no estaríamos hablando de los momentos de crisis. Sin embargo, aquellas empresas que han seguido las claves de liderazgo en estos momentos, tienen ahora empleados competentes, felices y son mucho más rentables.

Conclusiones

Los períodos de crisis pueden aparecer en cualquier momento, por eso es importante  estar al tanto de los últimos cambios del mercado, del accionar de la competencia, realizar evaluación de riesgos, etc.

Aunque muchas situaciones pueden ser analizadas y se puede planear una respuesta con antelación, en otros casos las situaciones de crisis simplemente van apareciendo. En cualquier caso, la efectividad del liderazgo que la alta dirección ejerza, determinará el ambiente laboral, la motivación del equipo, el nivel de compromiso de la gente y el nivel de producción en momentos turbulentos.

Una faceta que contribuye en gran medida a ejercer un liderazgo en tiempo de crisis es el autodesarrollo. Adquirir mayor cantidad de conocimientos permite al líder tener mayor seguridad, además, de poder generar nuevas ideas, etc.

También un líder en tiempos de crisis debe mostrarse empático, humano y auténtico; debe ser realista en el análisis y en los problemas que se plantean pero sin transmitir negatividad; y debe potenciar la comunicación y el buen ambiente de trabajo creando un clima de confianza y seguridad.

Bibliografía

https://www.entrepreneur.com/article/261798

https://www2.deloitte.com/es/es/pages/governance-risk-and-compliance/articles/liderazgo-tiempos-crisis.html

https://www.altonivel.com.mx/empresas/45719-como-ser-un-buen-lider-en-tiempo-de-crisis/

http://ccn.com.ar/liderazgo-en-tiempos-de-crisis/

https://carlosrossi.global/liderazgo-en-tiempos-de-crisis-como-lograrlo

http://www.luxortec.com/blog/los-recursos-humanos-en-tiempos-de-crisis/

https://www.crecenegocios.com/gestion-de-recursos-humanos-en-tiempos-de-crisis/

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