¿Cómo recuperar la Esperanza?
Seguro te ha pasado alguna vez que sientes que la esperanza, la ilusión y la fe se te va. Situaciones pueden haber muchísimas: cuando nuestros objetivos no se ven cumplidos, cuando sentimos que no estamos en el sitio que queremos estar, cuando sentimos que las puertas se han cerrado, cuando pensamos que el camino que deseamos está lejos, cuando no vemos que haya un camino que nos lleve a bueno puerto, la enfermedad o la muerte de un ser querido, la perdida de nuestro trabajo, que no te hayan llamado del trabajo que tanto habías añorado y entonces nos preguntamos: ¿Cómo recuperar la esperanza?
En estas situaciones, lo que termina con la esperanza es la sensación de falta de control, de recursos o de aptitud. Lo que estrangula a la esperanza es la sensación de que no contamos con recursos, ni contaremos con ellos para conseguir lo que pretendemos, de que se acabaron todas nuestras opciones.
El sentimiento después de perder la esperanza es abandono, inseguridad en uno mismo, falta de motivación, tristeza o melancolía. Recuperar la esperanza y la ilusión perdida no es algo fácil y esto lleva a estados de depresión y desánimo continuo. Sin esperanza pasaremos a ser, un capricho de las circunstancias y la vida nos llevara como una veleta.
Si este mal momento pasa rápido, no tendrás problema y estarás en un estado mental sano. Pero si esto se prolonga por días o por semanas, puedes estar en una situación mucho más compleja.
Tienes dos opciones ante la desesperanza:
Uno es hundirte, pensar negativo, auto flagelarte y pensar que jamás conseguirás lo que quieres. ¿Qué obtendrás con esto? Desánimo, autodestrucción, estancamiento y si la mente no está bien, tampoco estará bien tu cuerpo. Además, con un estado de desánimo continuo seguro nos vamos a enfermar.
El otro camino es aceptar la situación. En vez de hundirte con pensamientos negativos, puedes poner todo el centro de atención en las soluciones y los pasos que tienes que dar para profundizar en el camino que quieres. Reflexionar sobre si lo que estás haciendo es suficiente o tienes que cambiar de estrategia.
¿Qué obtendrás con esto? Una nueva esperanza, porque la esperanza solo aparece cuando pensamos que podemos conseguir lo que queremos, por lo tanto, si estás centrado en encontrar soluciones y en ponerte en marcha con nuevas acciones, estarás yendo en la dirección que te lleve a tu objetivo.
Recuerda que cuando hay alguna frustración o algún problema tendemos a ver las cosas mucho más negativas de lo que son. Es algo automático, sentirás tu situación desde una visión menos realista que si estuvieras en un buen estado emocional, si eres consciente de esto puedes pararlo.
Si tu estado de ánimo no está bien, no estás en buenas condiciones para pensar de una manera realista y eficiente.
Pero, ¿cómo recuperar la esperanza?
A continuación, te mostraré algunos puntos importantes para reflexionar:
Asegúrate de no centrar toda tu felicidad en un solo aspecto
Normalmente los que creen que su vida solo merece la pena si consiguen algo en especial son los que más riesgo tienen de caer en el desánimo. En la vida hay muchísimas cosas buenas, cuantas más puertas abiertas tengas, más fácil te resultará estar motivado.
Imagina la diferencia entre una persona que solo tiene una puerta abierta y otra que tiene 20. La que tiene solo una, si un día se cierra se quedará sin nada. En cambio la que tiene 20, aunque se le cierren 4 o 5, dispone de muchas más. Las puertas pueden ser personas, actividades, hobbies, amistades, valores, etc.
Aferrarse a una sola cosa es peligroso, porque sin eso nos sentimos desgraciados. Hay demasiadas opciones en la vida como para aferrarse a solo una, abre tu mente y expándete.
Haz una lista de las cosas de las que disfrutas en tu vida y si son escasas, aumenta tus actividades y descubre nuevos pasatiempos o proponte nuevas cosas por aprender.
La solución puede estar muy cerca, dentro de ti
¿Cómo recuperar la esperanza? Con altas dosis de positividad. Este sería el punto clave, sé que suena algo imposible, pero no existe otro remedio milagroso que lo pueda conseguir.
Si tus emociones están bien podrás estar esperanzado. Las emociones van en función de tus pensamientos, así que la única manera de mejorar tu estado de ánimo es a través de buenos pensamientos.
Te preguntarás: ¿Cómo puedo mantenerme positivo si las cosas van mal y estoy lejos de lo que quiero en mi vida?
Aprende de lo que no funciona, y en vez de utilizar pensamientos como: “soy un desastre”, “esto no tiene solución”, “nunca conseguiré nada”, etc… Usa la mente para impulsarte y no para hundirte.
Una buena manera sería utilizar nuestras capacidades para buscar nuevos caminos y soluciones, es necesario no quedarse sin hacer nada. La diferencia entre las personas que se hunden ante los problemas y las que toman fuerza para seguir adelante, está claramente en su forma de pensar.
Aprende a priorizar
Contar con una buena escala de prioridades, a menudo nos ayuda a aceptar el fracaso de forma más sana. Debes dar la correcta medida a cada punto de una manera objetiva. Trata de pensar de forma realista, piensa de forma diferente. Y da el peso correcto a cada punto en tu vida. De esta forma sabrás que es lo verdaderamente importante en tu escala de vida.
Recupera el control
Cuando sentimos desesperanza, la tentación de dejarnos llevar por lo que la vida nos ponga enfrente puede ser muy grande. La pregunta es clara, ¿para qué esforzarnos tanto si terminamos consiguiendo tan poco? Así, la sensación de no tener nada bajo control se traduce en desasosiego. En estos momentos es importante recordar que, en realidad, sí que seguimos conservando el control de buena parte de lo que nos sucede.
¿En qué se traducen estos pasos?
Pese a constituir elementos importantes, puede que no sepamos por dónde empezar a trabajar. Estos son algunos ejercicios sencillos y útiles que nos pueden ayudar a conectar con la esperanza:
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Puedes elaborar una lista con diez objetivos que quieres realizar porque suman ilusión a tu presente. Dedica tiempo a reflexionar sobre este orden de prioridades. Plasma tus objetivos sobre el papel: ver por escrito aquello que queremos cumplir nos motivará a continuar. Llevar un diario o escribir en una agenda son otras maneras de organizar nuestra vida y, por tanto, nuestros pensamientos.
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No te quedes enganchado en la melancolía del pasado. Planifica tu futuro. Pero por encima de todo, vive en letras mayúsculas tu presente.
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El tiempo es limitado ¿En qué te gustaría invertir gran parte de tu tiempo libre? La gestión eficaz del tiempo es una inversión emocional en felicidad.
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Anímate a emprender nuevos retos para salir de tu zona de confort. El factor sorpresa también aumenta la ilusión por la vida.
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No pospongas la toma de aquellas decisiones que te implican como protagonista. No dejes en manos de otros tus decisiones de vida.
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Conecta con la naturaleza. Escapar a la naturaleza conlleva la desconexión, también de lo negativo. Potencia el contacto de los planes al aire libre porque el contacto con la naturaleza suma bienestar emocional.
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Escucha música que te aporte positividad. La música nos afecta enormemente, por lo que podemos emplearla como herramienta curativa. Elige aquella que eleve tu ánimo.
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Lucha contra la pereza. Por muy atractiva que parezca, contribuye a la frustración. Así como nos sentimos bien cuando sucumbimos a ella, nos sentimos culpables por haberlo hecho. Sé qué tras la pérdida de esperanza no hay ánimos de nada. Hacer una pequeña pausa está bien, pero no te puedes quedar en ese estado mucho tiempo.
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Ejercítate y entrena tu cuerpo. Al hacerlo, estarás también entrenando tu mente y relajándola. Existen sustancias relacionadas con la felicidad (como la dopamina o las endorfinas) que nuestro cuerpo segrega durante y después del ejercicio. Estas sustancias ayudarán a mejorar el estado de ánimo y mejorarán tu autoestima.
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Descansa. Así como la falta de ejercicio afecta negativamente a nuestro estado de ánimo, así lo hace la falta de sueño. Refuerza tu descanso ya que la desilusión produce un cansancio mental y físico. Medita para poner tus ideas en orden. Si descansamos de forma inadecuada, nuestra mente y nuestro cuerpo estarán menos ágiles y predispuestos al día a día.
Puntos finales
En definitiva, no se trata de cambiar nuestra personalidad o de cerrar los ojos a la realidad y ver todo con un optimismo fuera de toda realidad, tampoco de ponernos metas imposibles. Se trata de poner manos a la obra y ocuparnos de la situación.
Mientras haya tristeza, lamentos, depresiones, negatividades y autodestrucción, no hay cabida para seguir adelante. En cambio, cuando pones a tu mente a pensar en soluciones creativas para analizar lo que no funciona y poner en marcha nuevas estrategias, tomarás el camino de la acción y créeme que este hecho es el primer paso que te ayudará a salir adelante.
La esperanza que tenías y no funcionó será seguramente sustituida por una nueva esperanza, más grande y realista que la anterior. Tú sin duda habrás aprendido, por consiguiente tendrás más experiencia y estarás más fortalecido que antes.
Bibliografía
https://lamenteesmaravillosa.com/como-recuperar-la-esperanza/
https://lamenteesmaravillosa.com/3-claves-para-conectar-con-la-esperanza/